Renaceremos como el ave Fénix
El equipo galvista es sin duda alguna patrimonio e identidad del pueblo chimbotano. Tiene un hermoso historial lleno de grandes triunfos y también de terribles derrotas. Hoy que el pueblo y el aficionado porteño llora el descenso y algunos incentivan el duelo eterno, nosotros, fiel a la línea editorial de nuestra revista presentamos algunas propuestas.
Lo que mal empieza mal termina
Este año cuando en medio de bombos y platillos se presentó en la llamada “Noche galvista” (algo nos querían decir con eso de noche), el aficionado y el periodismo hizo una primera conclusión: este equipo está armado para sufrir. Y así sucedió. Los dirigentes que luego de un WO, pidieron a gritos y lloros la intervención del Gobierno Regional para que salven al equipo eran conscientes que ya no daban para más y lo peor transfirieron un comando técnico pésimo y unas contrataciones inservibles, salvo algunas pocas y honrosas excepciones. Teníamos un equipo timorato y unos dirigentes sin credibilidad. El equipo se caía a pedazos y el torneo aun estaba a medio avanzar. En síntesis, una suma de errores garrafales que nos costó al final el descenso. Aquí estamos, como dicen los viejos, llorando como cobardes lo que no supieron defender como hombres; pero qué ya se acabó la vida? Ya no hay solución?. Qué hacemos transmitiendo desilusión, llanto, sufrimiento, desesperanza?
Pidan disculpas y a empezar de nuevo
Cuando el César Vallejo de Trujillo descendió, a los pocos días salió el Ing. César Acuña y en una conferencia de prensa pidió disculpas al pueblo de Trujillo por la baja y prometió hacer todo lo humanamente posible por volver al fútbol rentado, y vaya que cumplió largamente con la palabra empeñada. Hoy el club trujillano es toda una institución.
Eso mismo pedimos a todos los verdaderos dirigentes galvistas, asumir la responsabilidad de la derrota, pero no solo eso, disculparse por la pésima conducción y prometer hacer todos los esfuerzos por volver a colocar al cuadro del José Gálvez en el fútbol rentado con mayores ambiciones y no sólo salvarse de la baja. Eso se merece Chimbote y la hermosa tradición del equipo.
El equipo una empresa
Planteamos como siempre lo hemos hecho: Institucionalizar al club, dejar atrás la informalidad, romper definitivamente con esa larga historia de personas que manejan al club como su chacra, con el grupo de amigos que a puertas cerradas deciden los destinos del club y sólo le piden al aficionado que se pinten la cara, que griten, que llenen las tribunas, que solo compren sus entradas y nada más. Abrir el padrón de socios a todos los chimbotanos. Convertirlo en una Sociedad Anónima Abierta y dotarlos de una Plan estratégico a corto, mediano y largo plazo. Sólo así, podemos volver al fútbol rentado con nueva cara y mayores ambiciones. El reto está planteado. Es de chimbotanos hacerlo realidad. ¡Arriba José Gálvez!!!
Por Luís Amaya Ventura
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