“Orgullo de San Nicolás”
Para algunos debe ser la primera vez que leen el nombre de Mónica Beatriz Silva, pero se trata de la madre del salvador del José Gálvez; sí, la madre de Daniel Ferreyra. Quién desde su querido San Nicolás, una ciudad chica, pero muy pintoresca de un paseo costanero muy bonito, el paseo de la virgen del rosario, un balneario y muchos barrios (como ella nos la describe) y a casi 38 grados de temperatura nos cuenta como se inició Daniel, el mayor de sus hijos, en está maravillosa y carrera del fútbol.

“El es fanático de River, y cuando era chiquito de 4 o 5 añitos miraba el fútbol con su papá y le decía: yo voy a estar como esos nenes, ósea como pelotero.

El era gordito y empezó jugando d 2, pero como todo gordito lo pusieron en el arco, recuerdo como si fuera hoy, tenía 5 añitos y su primer técnico fue Alcaraz, un ser bello y le decía pichón vos vas a llegar lejos nunca te olvides d estas palabras”
Y así fue. Ferreyra mostró sus cualidades en el arco y despertó el interés de algunos equipos, pero el más importante fue, sin duda, el gran River Plate; sin embargo la madre de Daniel, que en ese momento tenía 12 años, no acepto “desde sus 5 añitos jugaba al fútbol, a los 12 lo vinieron a buscar de River. Y si, en ese momento dije no”

Tres años más tarde empezaría el gran camino que aún recorre, pues, ahora sí, lograría formar parte del equipo que de niño veía por televisión, el River Plate. Club donde militó con grandes figuras del fútbol internacional como Ludeña, Mascherano, De Michellis y arquero Lux:
“Yo siempre digo que estoy mas que orgullosa de ese 24 de febrero 1997 que dijimos con su papa: hijo confiamos en vos se buena persona, y nunca te olvides d tus raíces, y cumplió tena sólo 15 añitos cuando partió de su casa sin nada”

Pero “Andru” se fue a River con lo poco que tenía, pensando únicamente en llegar lo mas lejos posible, con tan sólo un par de guantes viejos y unos chimpunes cocidos por su madre en su mochila, emprendió su viaje a la capital Argentina “si, que duro fue para nosotros, pero sabíamos que él llegaría lejos porque ama al fútbol. Te cuento que cuando lea esto (Daniel), le causará una sonrisa o una lágrima como a mi, tenía un solo par de botines y se los remendé como pude y un solo par de guantes que no daban más, y a él eso no lo detuvo. Él fue con orgullo, con sus botines remendados al igual que sus guantes, fue muy duro todo.

Yo siempre confié en el como hijo, sabia que no iba a fallar en el sentido de que date cuenta, salir d una ciudad tan chica a un mundo tan grande, y fue becado en River el desde su pensión, comida, todo porque no podíamos, nosotros mandarle lo que él necesitaba, y no me da vergüenza decirlo porque es la verdad”
Y así Ferreyra fue cosechando logros y grandes experiencias, manteniendo la humildad, sabiendo que es lo que puede conseguir, trazándose objetivos; todo gracias a la buena crianza que tuvo, pues desde muy chico le enseñaron los valores necesarios para ser un gran ser humano, y que los obstáculos más grandes los ves pequeños cuando de verdad amas lo que haces en la vida. Durante esa difícil prueba de la vida por conseguir lo que quiere, Daniel encontró el amor de su vida, a Marina con quien engendraron a la pequeña Catalina “no puedo de dejar de agradecer a mi nuera a su familia porque al año de estar ahí comenzó a salir con Mary, y su familia lo cuido, protegió y ayudo siempre.”

A parte de ser un gran portero, “el flaco” demuestra que es una gran persona y gran ejemplo de padre, esposo e hijo, también ese lado humano se ve reflejado en el campo cuando sale adelante y lucha por sus compañeros dentro del campo de juego dejando, por momentos, los problemas extrafutbolísticos; incluso llegando a jugar enfermo y sabiendo que su padre se encontraba mal de salud y él no podía hacer nada por ir a verlo.

Pero en San Nicolás y sobre todo en la familia Ferreyra se respira un ambiente de total felicidad cada vez que el mayor de los Ferreyra regresa a su país y sobre todo al barrio que lo vio crecer “Él cuando viene aquí a casa disfruta de su patio de sus asaditos de la familia sus amigos de barrio, y disfrutan bellos momentos. Es el barrio de toda su vida el potrero de donde salió a jugar a un club en San Nicolás. Su vida esta aquí en este barrio. Cuando él está acá lo mimo demasiado, lo beso todo el tiempo, le digo que lo amo, y cocino lo que a él le gusta, pero ellos también me miman mucho, mi nuera me cocina, mi nieta m ayuda a baldear el patio y mi flaco a tomar mates, es tan lindo, que ya quiero tenerlos conmigo a los cuatro”
Ante el casi hecho de que Daniel será peruana, la señora Mónica lo ve con agrado la idea y apoyaría a su hijo en tal decisión, pues la familia Ferreyra tiene parte de Sudamérica en ella (Peruanos, Argentinos, y “Catita” de nacionalidad chilena), pero tiene claro que en un eventual partido entre Argentina y Perú teniendo en el arco nacional a Ferreyra ella se sentirá una peruana más “sin desmerecer mi país al cual amo, en ese momento ni lo dudes que voy a ser peruana a morir”

Y así es la señora Mónica una persona humilde y gran ejemplo de madre que está orgullosa de lo que a conseguido su hijo para quien dejo el siguiente mensaje “primero no te enojes, vos sabes como es mamá ,te amo y si tendría que pasar otra vez por todo lo que pase para tenerte ni lo dudes que lo haría mil veces mas, sos el gran hombre que soñé en la vida y el hijo k nunca pide nada, solo da, te amo y amo a Mary, a mi reina(Catalina) y mi rey (Joaquín que está en gestación), y como siempre te digo gracias a la vida que me regalo un hijo tan noble y bello, te amo, y espero que te guste, un beso. Mamá”